La estética en el Hotel Mirage se inclina hacia una eficiencia limpia y tranquila. El vestíbulo ofrece una bienvenida elegante: iluminación tenue, paneles de madera pulida y asientos despejados establecen el tono para la estancia por delante. No es ostentoso, pero fluye.
Las habitaciones revelan un sentido de calma continua: cabeceras de madera oscura, ropa de cama blanca y vistas a la ciudad enmarcadas por cortinas opacas. Los escritorios están posicionados con propósito, y la iluminación es ajustable para trabajar o descansar. En las habitaciones de nivel superior, detalles como suaves sillas tapizadas y televisores más grandes añaden una mejora sutil.
El restaurante Magnolia en el lugar presenta tonos cálidos y mesas amplias, a menudo dispuestas para el desayuno con bandejas de acero inoxidable alineadas al estilo buffet. Zebra Lounge muestra más personalidad, con un brillo más tenue y cócteles informales por la noche. En otros lugares, la terraza en la azotea y los espacios de reuniones se centran más en la función que en la forma: líneas limpias, asientos adecuados y mínima distracción.
Incluso el gimnasio se ajusta al tema: compacto, bien mantenido y útil. Desde el registro hasta el check-out, los visuales del hotel reflejan su misión: profesional, organizado y listo para lo que venga.
Siglos 0 a 17